sábado, 21 de septiembre de 2013

Compra de Boletos

Luego de la exitosa campaña de reciclaje "Cuida tu Mundo", con los fondos recaudados se procedió a la compra de los Boletos para la RUTA DE LA DULZURA ($10,50) y la adquisición del Paquete Turístico "Casa Piedra-Las Cascadas" de Bucay ($15).  Aquí una reseña.

Tomado de diario "El Universo"

El Tren de la Dulzura lleva a cita 


con paisajes






 El crujir de las piedras debajo de la línea férrea, el rugido de la locomotora y un ligero movimiento de tres vagones, de izquierda a derecha, son una constante en la ruta Durán-Bucay, que dura cuatro horas, y que se denomina ‘Tren de la dulzura’. Unos 85 kilómetros de durmientes de madera y rieles conectan ambos cantones.
Tres silbidos del tren anuncian la llegada a Bucay y llenan de júbilo al poblado, que vio llegar los últimos coches hace unos treinta años, cuando el ferrocarril movía la economía de ese cantón, por ser un medio de transporte de carga.
Unos aplauden, otros toman fotografías o simplemente siguen al tren con la mirada. Denotan nostalgia, alegría, pero sobre todo, esperanza. La aspiración generalizada es que la rehabilitación de la ruta, reactive la economía de Bucay, que está a 99 kilómetros de Guayaquil, con una población de 10.642 habitantes.
Es mediodía del jueves 5. Y el viaje inaugural de la ruta, que abrió ayer al público, llega a su fin. Las opciones para este trayecto, el segundo del Litoral, son dos: ir de Durán a Bucay en tren y retornar en bus o viceversa. En ambos casos el costo de la excursión es de $ 20.
En el recorrido se divisan covachas, arrozales, potreros, lagunas de patos, cañaverales, sembríos de piñas, viveros, pastizales. También el saludo de los jornaleros, quienes al paso del ferrocarril elevan sombreros y machetes, en medio del verdor de los cultivos. Es un saludo entusiasta, espontáneo.
En la zona urbana de los cantones por donde se cruza: Yaguachi, Milagro y Naranjito, el saludo también es inmediato.
Este panorama da nombre a la ruta ‘Tren de la dulzura’, que en Bucay lleva a una cita con paisajes, deportes extremos y una variedad de gastronomía.
En la estación de Bucay, el ferrocarril con capacidad de 90 pasajeros, se detiene. Allí empieza la aventura hacia el área rural del cantón.
Unos 45 minutos de viaje en chiva lleva a las cascadas Piedra Blanca, entre Guayas y Bolívar, donde se puede practicar canyoning o descenso.
Son siete cascadas, pero solo dos están destinadas para esa actividad, una de 90 metros y otra de 30, explica Juan Pérez, operador turístico del sector.
Él señala que la rehabilitación del tren ha generado mucha expectativa entre los nativos, que incluso se han capacitado para ser guías turísticos, en un proceso que ha tomado entre dos y tres años.
En la hostería Casa de Piedra la aventura continúa, con la práctica del canoping por un tramo de 700 metros. Roberto Bustamante, propietario, expresa que su fuerte también es la gastronomía. Oferta aperitivos como patacones de guineo orito y platos a la carta como chancho hornado.
“Estamos motivados con esto, esperamos a los turistas nacionales y extranjeros”, dice Bustamante.
El jugo de caña, triturada por el mismo consumidor en un trapiche artesanal del bosque húmedo Esperanza Alta, es una bebida característica en Bucay. Pablo Villamarín, vive allí desde hace 8 años y desde hace 7 instaló el trapiche. La venta del jugo en $ 0,50 el vaso, más las actividades agrícolas son su sustento y el de su familia.
Diversión: Complementaria
Deportes extremos

Hay algunos paquetes turísticos al interior de Bucay. El recorrido en chiva por paraderos en diversos sectores, más el descenso en las cascadas Piedra Blanca cuesta $ 15. Otros deportes extremos como el canoping tienen un costo de $ 12 por persona. Hacer tubing por el río Chimbo vale $ 20.
Retorno
A las 16:00 se hace el retorno a Durán, sea en tren o en bus.

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